27 jun 2014

AYER EN EL PUENTE DE PUTILOVO. HISTORIA DE LA SALVACIÓN DE UNA NIÑA





Ahora más activamente que nunca los medios de comunicación ucranianos utilizan la temática de los terroristas y separatistas del Donbáss, a los que en realidad se llaman milicianos de la RPD y RPL (República Popular de Dónetsk y República Popular de Lugansk). Muy frecuentemente, se intenta presentar a dichos milicianos como a una suerte de matones, asesinos y saqueadores que disparan y prenden fuego a su propia ciudad mientras se burlan de sus familiares, amigos y seres queridos. En general, crean una imagen de ellos bastante flagelante.

Pero esa misma genta que vive en RPD y RPL, la  zona que el Gobierno de Kiev llama "de la ATO" (Operación Anti Terrorista), conoce una verdad muy diferente tanto de los milicianos como de los sucesos que actualmente se están produciendo allí. Sin duda, "cada familia tiene su propia oveja negra", como se suele decir, y hay personas que con el pretexto de pertenecer a las milicias se dedican al pillaje y la criminalidad. Pero la lucha contra ellos es un tema diferente, el cual ya ha sido mencionado más de una vez por el Centro de Iniciativas y Desarrollo, así como por funcionarios, ciudadanos y diversos medios de comunicación.

Hoy con nosotros, y bajo la condición de permanecer en el anonimato, ha contactado una chica joven, quien ayer se convirtió en testigo involuntario de los acontecimientos que se desarrollaron en la zona del aeropuerto y el puente de Pulitovo. La siguiente es su declaración:

"Yo regresaba a mi casa de Yasinovataya en un minubús procedente de Dónetsk. El día pasó en calma, no es la primera vez que viajo después de que comenzaran todos estos acontecimientos a través del puente de Pulitovo, pues hasta ahora todo había transcurrido con normalidad y los billetes estaban disponibles. Pero justo cuando el minibús ya había cruzado el puesto de control colocado en el puente de Pulitovo, los chicos de las milicias nos detuvieron y nos ordenaron brúscamente: "¡Rápido! ¡Bajen todos del autobús!".

Al principio yo no sabía lo que estaba pasando (incluso es posible que en ese momento quisiera rebelarme), pero pronto sucumbí al pánico general  y bajé del minibús a toda prisa. En ese momento empecé a escuchar disparos. Las detonaciones provenían del aeropuerto en dirección a nosotros. Contuve la respiración. Parecía que la sangre se congelaba dentro de mis venas. No, la vida frente a mis ojos no se marchó, pero me invadió una salvaje sensación de miedo y pánico. Por entonces yo no podía entender que quienes disparaban, como supe más tarde, eran los soldados de la Guardia Nacional o de algún otro sector del ejército ucraniano. Ellos disparaban contra nostros y contra el puesto de control. Tras escuchar los primeros disparos, todo el mundo se apresuró a esconderse. Pero yo me quedé petrificada. Y no sólo debido al  pánico, sino también a causa de los zapatos que, como cualquier chica, calzaba para estar guapa, unos zapatos de tacón alto que en realidad no son muy convenientes para correr. Las chicas me entenderán.

Me pareció que cada bala que silbaba estaba dirigida a mi. Y en ese momento fui recogida por los chicos de la milicia. En sus brazos, ellos literalmente me protegieron con sus cuerpos de las balas, sacándome del lugar donde se producía el combate.

Incluso hasta ahora no he podido olvidar todo lo que he visto y aún me encuentro en estado de shock... Esta es la historia que me sucedió".

Puede que esta historia no viera la luz y nunca fuera publicada en Internet. Pero la chica nos ha rogado que  transmitamos desde aquí su agradecimiento a los chicos de la milicia que se encontraban  en ese momento en el puesto de control del puente Pulitovo y la salvaron de la muerte. Ella no mencionó ni nombres, ni apellidos, ni nada relacionado con esos chicos. Por eso ha querido extender ese agradecimiento a todos los milicianos del frente.

Y así fue como esos "malvados terroristas" salvaron a aquellas personas de las balas de los "liberadores".

La moraleja y el objetivo de esta historia no es sólo el de expresar gratitud hacia los milicianos por salvar a esas personas, aunque esto también es importante y necesario, y el colectivo del Centro de Iniciativas y Desarrollo desea sumarse a ese agradecimiento. Pero también nos gustaría recordar a todos los periodistas el concepto de la ética, la necesidad de informar objetivamente sobre los sucesos, sin usar determinados clichés y sin fomentar aún más la discordia. Recordad que vuestro principal objetivo es el de traer la verdad de lo que pasa a la gente. No se ajusten a ningún "manual de recomendaciones" para cubrir los sucesos en el sudeste. Precisamente será vuestra posición imparcial y objetiva la que pueda ayudar a poner fin lo antes posible a esta guerra sangrienta y fratricida.

Si todos conocemos la verdad, creemos nosotros,  entonces será mucho más fácil encontrar un punto en común para llegar finalmente a una solución pacífica del conflicto.

Atentamente,
Centro de Iniciativas y Desarrollo.


Fuente: http://vk.com/donweb?w=wall-8128698_30776

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