18 ene 2015

"CRÓNICAS HÚNGARAS": LAS FALSEDADES DEL CONFLICTO UCRANIANO

Hace unos meses, el interesante blog "Crónicas Húngaras" presentó una trilogía de artículos sobre los acontecimientos de Euromaidán. Personalmente, desconocía que los húngaros estuvieran tan interesados en el conflicto de Ucrania, así que ya va siendo hora que escuchemos su opinión al respecto

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10 mitos y falsedades sobre el conflicto ucraniano



1. El gobierno de Yanukóvich era pro-ruso.

No por mucho repetirse esta idea en los medios de comunicación va a dejar de ser una falsedad manifiesta. Yanukóvich no era el perrito faldero de Putin, ni en Ucrania se hacía lo que quería Rusia. Nadie parece reparar en el hecho de que Yanukóvich estaba negociando con la UE un acuerdo de asociación, no con Rusia. Las relaciones del gobierno ruso con el gobierno de Yanukóvich eran más bien frías y conflictivas, aunque es cierto que eran mucho mejores que las que tenían con los gobiernos ucranianos anteriores. Había muchos puntos de tensión y por poner un ejemplo, ya cuando la Timoshenko fue detenida, Putin mostró su disgusto con la decisión en varias ocasiones. Hay que esperar a finales del 2013 para que las relaciones entre Ucrania y Rusia mejoren sensiblemente y lo hacen solo después de que la UE no ofrezca nada a Ucrania.


Panorama de Lviv la capital cultural de Ucrania Occidental. Fuente: Wikipedia.
Buscando en las hemerotecas es fácil encontar pruebas de lo que afirmo. Por ejemplo en un artículo de Pilar Bonet, reconocida rusófoba, titulado "Putin utiliza la debilidad de Yanukóvich para integrar Rusia con ucrania", publicado en El País, el 5 de marzo del 2013, se afirma, entre otras cosas que: 


 Efectivamente, tras su llegada al poder en 2010, el presidente ucraniano anunció un rumbo de integración europea y al mismo tiempo de estrechamiento de lazos con Rusia. Esa política parece hoy imposible tanto desde la perspectiva de Moscú como de Bruselas. En Bruselas, donde estuvo la semana pasada, Yanukóvich reafirmó su vocación europea, pero el jefe de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, le dijo que la integración en la Unión Aduanera es incompatible con la integración europea. Así que, empeñado en combinar de alguna forma ambas cosas, Yanukóvich ha indicado la posibilidad de que Ucrania se incorpore como observadora a la UA.
 Sobre la cuestión de Timoshenko, hay muchísimos artículos que reflejan el disgusto de Moscú con las autoridades ucranianas.

Por ejemplo la propia BBC en inglés informaba de ello en octubre del 2011:


Russian Prime Minister Vladimir Putin, who signed the deal with Mrs Tymoshenko, said he did not understand why she had been jailed. "It is dangerous and counterproductive to cast the entire package of agreements into doubt." Mr Putin was quoted as saying by Reuters news agency. Russia's foreign ministry had earlier said the ruling had a "clear anti-Russian subtext".
Vemos aquí un video con declaraciones de Putin sobre la condena:






Sobre la relación conflictiva del gobiero ruso y el ucraniano, por ejemplo, podemos leer en este artículo de RIA Nóvosti del 18 de julio del 2012, con el clarificador título de: "A pesar del diálogo, Rusia y Ucrania no pueden resolver sus problemas". En dicho artículo se afirman cosas como estas:

 Los expertos de las dos partes, involucrados en las vicisitudes de las relaciones ruso-ucranianas, esperaban un progreso considerable. Habría sido útil no sólo para los dos Estados eslavos, sino para todo el espacio post soviético. Pero no lo hubo.

Dos años de búsquedas y diálogos

Los dos líderes se reunieron en el Palacio de Livadia en la ciudad de Yalta (Ucrania), mientras que la víspera Yanukóvich se había reunido con periodistas de los países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), países Bálticos y Georgia en una de las residencias oficiales del jefe del Estado ucraniano, el Palacio Yusúpov, donde el ambiente no pareció relajado aunque los periodistas estábamos sentados en una mesa con el presidente.
(...)





Aquel tono oficioso y la observación absoluta del protocolo establecido se debió a la falta de algún proyecto en marcha, de resoluciones para las cuestiones clave (las cuales el presidente ruso discute de manera mucho más fructífera con otros colegas suyos de Estados vecinos), a la falta casi absoluta de algún proyecto concreto para la cooperación económica (se trata sólo de los planes para la futura creación de empresas conjuntas) y a la “congelación” de la cooperación en el sector energético.
Como nos comentó Yanukóvich, “estamos en contacto permanente, hablamos por teléfono”. Es decir, existe un diálogo pero no lleva a ningún resultado. Aunque el presidente ucraniano calificó de “muy intensivas” las reuniones con los líderes de la Federación de Rusia, en realidad fueron muy escasas desde octubre de 2010, si no tomamos en consideración las reuniones celebradas entre todos los líderes de la CEI.
Centro de Lviv, Plaza del Mercado. Fuente: Wikipedia

También en este interesante texto, el informe sobre Ucrania, bajo el título "Ucrania: ¿Rumbo a la UE, hacia Rusia, o hacia la ruptura", escrito por Francisco J. Ruíz González, y editado por el Instituto Español de Estudios Estratégicos en octubre del 2012, se afirma (página 22):


Sin embargo, el Presidente Yanukovich está oponiéndose firmemente a los planes de Rusia en el ámbito de la energía, básicamente porque defiende los intereses de la élite industrial del Bajo Don a la que pertenece. De hecho, el encarcelamiento de Timoshenko, criticado tanto por Occidente como por Rusia, fue presentado como una evidencia de que los acuerdos de 2009 son inaceptables para Ucrania y deben ser revisados.

Esto son pruebas más que suficientes creo yo para ver que la idea de un gobierno de Yanukóvich dependiente de Moscú es terriblemente falsa y maniquea, no tiene la menor relación con la realidad. Y eso que ni siquiera he mencionado los conflictos económicos entre Rusia y Ucrania en el 2013, pero se tratan más adelante.


El impresionante edificio de la Universidad de Chernovtsi, en Ucrania Occidental. Antigua residencia de los metropolitanos de Bukovina y Dalmacia. Fuente: Wikipedia.

2.  El acuerdo con la UE no se firmó por culpa de Rusia.

 Este es un tema más complejo porque evidentemente Rusia, como cualquier otro país del mundo, tiene derecho a defender sus intereses, y naturalmente lo hace. Así que es cierto que Rusia ha "presionado" a Ucrania, claro que eso también lo ha hecho la UE.  Para empezar aclaremos que la cosa viene de lejos. En el documento ya mencionado unas líneas atrás, "Ucrania: ¿Rumbo hacia la UE, hacia Rusia o hacia la ruptura?" de Franciso J. Ruíz González, editado por el Instituto Español de Estudios Estratégios en octubre del 2012 se afirma (página 22):

La integración en la UE se ha establecido como un objetivo prioritario para Ucrania, y Yanukovich realizó el 1 de marzo de 2010 su primera visita al extranjero precisamente a Bruselas y no a Moscú. El camino hacia la UE pasa por el “Acuerdo de Asociación”, que incluye tres bloques (comercio de bienes, comercio de servicios, y normativa comercial). Las negociaciones finalizaron con éxito en 2011, pero la ratificación del acuerdo se ha suspendido sine diedebido al encarcelamiento de Timoshenko, que la UE considera motivado políticamente. En paralelo, las negociaciones para liberalizar el régimen de visados no han avanzado, siendo el factor más negativo en la visión que los ucranianos tienen de la Unión como una fortaleza que les rechaza.

Como puede verse, en el artículo se insinúa que es la UE la que está dificultando la firma del acuerdo, por asuntos como el de Timoshenko. También lo afirma Pilar Bonet en el artículo mencionado anteriormente:

Además, el encarcelamiento de la ex primera ministra ucraniana Yulia Timoshenko y la persecución de sus seguidores han alejado la firma de un tratado de asociación con la UE y la perspectiva de integrar a Ucrania en Europa.

Nuevamente en el texto del Instituto Español de Estudios Estratégicos se menciona lo siguiente.

Esa posición de Kiev está tensando la relación con Moscú y con Gazprom, aunque hasta ahora no se ha denunciado a Ucrania por comprar menos gas del establecido. Insiste Rusia en que el contrato debe ser cumplido en todos sus términos, que tiene una vigencia de diez años (hasta 2019), y que si Ucrania quiere beneficiarse de una rebaja sustancial del precio debe unirse a la “Unión Aduanera” formada por Rusia, Bielorusia y Kazajstán, a lo que el Gobierno de Yanukovich se niega por temor a que supusiese la renuncia definitiva al ingreso en la UE. Para reducir su dependencia y mejorar su posición negociadora, Ucrania va a importar gas natural licuado de Qatar e incluso por tubo desde la UE (revirtiendo el flujo en los gaseoductos), y pretende llegar a reducir las importaciones de gas a tan sólo 5 bcm en el año 2030
En realidad, las autoridades ucranianas parecían convencidas de firmar los acuerdos con la UE. Los que no estaban tan convencidos eran los de la UE que han impuesto condiciones muy complicadas para esa firma.  En realidad no estaba claro que Ucrania pudiera firmar el acuerdo, ya que entre las condiciones de la UE estaban la liberación de Yulia Timoshenko, algo difícil de aceptar por las autoridades ucranianas. Es decir, cuando se dice que Ucrania se niega a firmar el acuerdo, no es del todo cierto, ya que podía haber pasado perfectamente que Ucrania hubiera querido firmarlo pero la UE lo hubiera rechazado. De hecho el ministro de AA.EE. de Polonia, Radoslaw Sikorski, llegó a plantear la opción de que Ucrania no cumpliera las condiciones necesarias para firmar el acuerdo y hubiera que aplazar su firma un año (véase la noticia en la propia agencia ucraniana de noticias en español, aquí).  Pero hay más artículos sobre la cuestión, en este artículo del día 18 de noviembre, apenas unos días de que tuviera lugar la cumbre de Vilnius, se menciona el hecho de que, según la UE, Ucrania no ha cumplido todavía tres puntos. 
  La Unión Europea ha instado este lunes a Ucrania a cumplir las condiciones que fijaron los Estados miembros en diciembre de 2012 para firmar un acuerdo de asociación y de libre comercio con Ucrania en la cumbre de Vilna con los socios de Europa del Este el 28 y 29 de noviembre, entre ellos que resuelva el problema de justicia selectiva y dé una solución al caso de la exprimera ministra Yulia Timoshenko para que pueda abandonar la cárcel para recibir tratamiento médico en el extranjero

En este artículo de El País (con el título maniqueo y lamentable de: "El presidente de Ucrania pone en peligro el tratado de asociación con la UE", también se podría haber titulado: "La UE pone en peligro el tratado de asociación con Ucrania al empeñarse en que una oligarca corrupta sea liberada de la cárcel", se ajustaría más a la verdad) se dice claramente que si no se libera a Timoshenko, Ucrania no podrá firmar el acuerdo, porque esa es una condición que impone la UE:

La liberación de Timoshenko es la principal condición impuesta por Bruselas a Ucrania para que este país pueda firmar este importante documento con la UE el 28 de noviembre próximo en la cumbre de Vilnius.
Es más, ya el 20 de noviembre, la agencia de noticias ucraniana ukrinform recogía unas declaraciones del ya mencionado ministro de AA.EE. polaco Sikorski muy interesantes:

 Sikorski ha recordado que el Consejo de Asuntos Exteriores de la UE  en la sesión el lunes en Bruselas no tomó decisión definitiva sobre la firma del Acuerdo de Asociación con Ucrania en la Cumbre en Vilnius los días  28 y 29 de noviembre. a su parecer, Ucrania “debe hacer algo extraordinario” para que la alta representante de la UE para los Asuntos Extranjeros y la Política de Seguridad, Catherine Ashton, convoque la sesión extraordinaria de ministros de la UE sobre el caso de Ucrania.

Independientemente de eso, la posible asociación de Ucrania a la UE no gustaba a Rusia. Pero no gustaba porque dañaba seriamente los intereses comerciales rusos. No solo a Rusia, también afectaría a otros países que comercian con Ucrania, como por ejemplo a Bielorrusia. Hay que tener en cuenta en caso de firmar el acuerdo con la UE Ucrania entraría a formar parte del mercado europeo y los productos de la UE entrarían libremente en ese país. Eso implicaría que el comercio ruso se vería dañado al entrar en desventaja con los productos europeos (que entrarán libremente sin tasas ni controles aduaneros, frente a los rusos que sí deberían pagarla y sí deberán estar sujetos a control), por otro lado, esos productos europeos podrían entrar en Rusia a través de Ucrania, con tasas aduaneras inferiores.  Además, si los productos rusos no cumplen los criterios de la UE tampoco podrían entrar en Ucrania. No solo Rusia, también otros países estarían obligados a defender sus productos, por ejemplo aumentando las tasas aduaneras de los productos que llegan de Ucrania y poniendo límites a esos productos (medida que por ejemplo ya adelantó Lukashenko respecto a Bielorrusia, véaseKitekintő). Estas son medidas normales que toman todos los países, incluyendo la UE, para defender su producción, aunque en el caso de Rusia, naturalmente, se habla de imperialismo ruso y esas cosas.

Por eso hay que destacar los conflictos económicos entre Ucrania y Rusia a lo largo del 2013. Adelantándose a lo que sucedería si Ucrania firmase los acuerdos con la UE, los rusos impusieron controles a muchos productos ucranianos en incluso  se llegó a prohibir la importación de dulces de la fábrica Roshen (las causas oficiales fueron problemas de calidad y cuestiones sanitarias, pero eso mismo es lo que hace la UE para poner controles sobre productos de otros países). En cualquier caso la prensa occidental ha exagerado mucho la supuesta presión rusa sobre Ucrania, que es cierto que ha existido. Por ejemplo algunos medios hablaban de que los rusos habían amenazado con pedir visados a los ciudadanos ucranianos que vayan a Rusia, pero es falso, en realidad los rusos estaban llamando la atención del hecho de que  sla integración europea de Ucrania supondría precisamente lo contrario, que Ucrania tendría que solicitar visados a los ciudadanos rusos (y lógicamente los rusos responderían de la misma manera).


Iglesia de la Virgen María en Ivano-Frankivsk. Ucrania Occidental. Fuente: Wikipedia.

Pero independientemente de todo esto, lo más importante es analizar qué ofrecía a Ucrania el acuerdo con la UE. Pues básicamente nada. El tochazo del informe puede descargarse aquí (son 900 páginas en inglés).  El acuerdo plantea un plazo de 10 años para que Ucrania cumpla unas 400 directivas de la UE. Al final de esos diez años, se examinará la situación y solo si ha cumplido las condiciones Ucrania pasaría a un siguiente nivel de colaboración e integración con la UE. Durante ese periodo habrá tareas a cumplir en su plazo límite (el establecimiento de una zona de libre mercado tiene de plazo hasta finales del 2014). 

Los expertos afirman que en el caso de que Ucrania firmara el acuerdo, tendría ante sí un duro camino y en realidad la población no notaría sus ventajas hasta dentro de 10-15 años. Uno de los mayores problemas que tendría que afrontar Ucrania es la entrada libre de productos occidentales. Teniendo en cuenta que el 65% de los productos ucranianos no cumplen las directivas de la UE, no tendrán opciones de obtener una ventaja de la falta de aduanas y pondría a las empresas ucranianas ante una difícil situación (Kitekintő). Esto solo beneficiará a las empresas occidentales, no a las ucranianas. Además, en octubre del 2013 la UE anunció que ofrecería una ayuda a Ucrania de 800 millones de euros, de los cuales 186 se enviarían cuando se firmara el acuerdo de asociación, y el resto una vez que Ucrania cumpliera todas las condiciones. La cifra es ridícula si tenemos en cuenta que a mediados de noviembre del 2013, el primer ministro ucraniano Nikola Azarov estimó en 160 mil millones de euros, el dinero que necesitaba Ucrania para poder adaptarse a la UE. Ese es el precio a pagar para conseguir que la economía ucraniana sea competitiva de acuerdo a los criterios europeos (Kitekintő).

Frente a las migajas que ofrecía la UE, Rusia tenía cosas tangibles y mucho más útiles para una Ucrania al borde de la banca rota: dinero (15 mil millones de dólares, compárese con los 800 millones de euros de la UE), rebajas en el precio del petróleo y el gas, etc. 

Al final, el día 21 de noviembre del 2013 el gobierno ucraniano anunció que no firmaría el acuerdo de asociación con la UE. ¿La culpa es de Rusia? ¿Y por qué? ¿No será más bien de la UE que ha exigido muchísimo sin ofrecer practicamente nada? Unos han ofrecido unas cosas, otros otras, y el gobierno ucraniano ha tomado una decisión en función de sus necesidades y de lo que le ofrecían unos y otros. 


3. Yanukóvich era un dictador

El presidente depuesto, Yanukóvich, en rueda de prensa. Fuente: RIA Nóvosti

Yanukóvich llegó al poder tras las elecciones presidenciales del 17 de enero (7 de febrero la segunda vuelta) del 2010. En esas elecciones el presidente saliente, Yúschenko, a quien ya se le había caído la máscara democrática hacía mucho tiempo, solo fue apoyado por partidos de extrema derecha y no llegó al 6% de los votos. Hubo pequeños incidentes y escándalos, pero no en relación con Yanukóvich, sino con los que estaban en el gobierno hasta entonces, los naranja. En Crónicas Húngaras ya se habló de las elecciones desde el punto de vista de los húngaros de Ucrania (aquí).

Yanukóvich consiguió el 35% de los votos, casi 9 millones de votos; y en segundo lugar quedó la Timoshenko, representante del gobierno anterior, con el 25% (y algo más de 6 millones de votos). Estos fueron los dos candidatos más votados y pasaron en la segunda vuelta, que ganó Yanukóvich con el 49% de los votos (12,5 millones), frente al 45% de Timoshenko (11,6 millones). 

Las elecciones fueron reconocidas como democráticas por los medios internacionales. El gobierno de Yanukóvich debería haber durado hasta el 2015. Es decir, Yanukóvich ni siquiera ha cumplido en el cargo el tiempo que debía. Desde este punto de vista difícilmente se puede calificar a Yanukóvich de dictador, más bien es algo absurdo. 

Algunos afirman que se merece ese calificativo por las mediadas aprobadas en enero del 2014. En realidad eso es falso ya que las acusaciones de que Yanukóvich es un dictador venían de antes. Pero  efectivamente, el 18 de enero del 2014 el gobierno de Yanukóvich aprobó leyes que limitaban algunas libertades; se olvida sin embargo que esas medidas se tomaron excepcionalmente tras la ocupación brutal de edificios públicos por parte de manifestantes violentos, incluyendo el bloqueo del Parlamento (el 15 de enero). Y en cualquier caso esas medidas no convierten a Yanukóvich en dictador, para verlo basta con leer en qué consisten esas medidas (en el periódico El Mundo, por ejemplo, se especifican). Además, hay que tener en cuenta que se dio marcha atrás y el 28 de enero fueron anuladas.

Conclusión: Yanukóvich será muchas cosas (corrupto, inepto, oligarca y un largo etcétera), pero no es un dictador. 

4. Los fascistas son una minoría en el Maidán

Esto no merece casi ni comentarse. Pues claro que son una minoría en el Maidán, faltaría más. También los que estaban en el Maidán eran una minoría respecto al pueblo ucraniano y eso no quita para que hayan acabado con el gobierno a pesar de que en las elecciones Yanukóvich fue votado por mucha más gente que la que estuvo en el Maidán. Lo importante aquí no es que sean una minoría, sino que una minoría organizada y bien preparada puede controlar una situación. Basta que una minoría se ponga a disparar (por ejemplo) o a provocar incidentes para que sobrevenga el caos. No todos en el Maidán eran fascistas, pero el Maidán, en la práctica lo han controlado ellos.

Quema de un autobús de los Berkut, la fuerza antidisturbios de Ucrania, por parte de la organización fascista Sector Derecho. Fuente: ЛIГА Net

De hecho, si atendemos a lo que pasó a finales de febrero en Kíev es muy sospechoso. Siempre que había una vía al entendimiento, siempre que se firmaba un acuerdo, ocurría algo en la calle que lo echaba todo a perder. Por ejemplo, el 17 de febrero entró en vigor la ley de la amnistía. Justo el día después los manifestantes intentaron asaltar el Parlamento, ocuparon varios edificios administrativos, atacaron a las fuerzas de seguridad, y al final la cosa acabó con 26 muertos (10 de ellos antidisturbios).  Véase por ejemplo El País.

4. En el Maidán estaba el "pueblo"

Relacionado con lo anterior está la idea de que en el Maidán estaba el pueblo ucraniano. Esa es un afirmación meramente propagandística que no merece mucha atención, pero bueno. En el Maidán no estaba el pueblo. En el mejor de los casos solo estaba una parte del pueblo ucraniano. ¿Hasta qué punto reflejaba el Maidán el sentir de la población ucraniana? Pues es muy discutible. Kíev es una gran ciudad con casi 3 millones de habitantes y más de 4 en su algomeración urbana. En las manifestaciones del Maidán había solo unos pocos miles de personas y los incidentes se han limitado a unas zonas muy concretas de la ciudad. Solo unos cuantos días ha habido manifestaciones más numerosas que podrían haber llegado a los cien mil manifestantes y eso que se organizaban convoyes desde la parte occidental del país para asistir. En otras zonas también ha habido manifestaciones en contra del gobierno de Yanukóvich, pero bastante minoritarias, y también las ha habido en contra del Maidán.

5. Es la propaganda rusa la que exagera el carácter fascista del Maidán y del nuevo gobierno ucraniano

Naturalmente en todo conflicto las diversas partes implicadas hace uso de la propaganda. Y naturalmente hay propaganda rusa en torno a lo sucedido en Ucrania. Pero no solo hay propaganda rusa, también hay propaganda rusófoba. De hecho lo que no hay son opiniones o versiones neutrales de las noticias, unas y otras están en mayor o menor medida impregnadas de propaganda; y en países pertenecientes al mundo Occidental, ya sea España o Hungría (por ejemplo), la propaganda predominante no es precisamente la rusa, sino la rusófoba. En España la rusofobia está en todos los medios de comunicación hasta niveles enfermizos, véase por ejemplo el diario El País.

En este caso, los hechos son testarudos. Rusia no tiene que esforzarse mucho para inventarse el fascismo de las nuevas autoridades, vale con dejarles hablar y mostrarse tal y como son. A estas alturas yo creo que pocos discuten ya esta afirmación. Pero profundicemos un poco en la cuestión. 

En Ucrania, el problema del fascismo viene de lejos, especialmente en su zona occidental. Ya durante el gobierno de Yúschenko (los naranjas), simpatizante de la extrema derecha aunque según la prensa occidental un gran demócrata, se favoreció la extensión del fascismo en toda la zona, especialmente cuando se rehabilitó al criminal fascista Stepan Bandera y se le nombró héroe de Ucrania. En su día, hace ya años, se hablo un poco aquí, en Crónicas Húngaras de este problema. La lista de agresiones fascistas contra las minorías étnicas no hecho más que aumentar desde entonces. Hasta en la página del MAE (Ministerio de Asuntos Exteriores de España) se hace mención al problema de las agresiones fascistas cuando se habla de las recomendaciones de viajes (véase este artículo en Crónicas Húngaras). Pero además hay otras cosas que mencionar: la cooperación entre los partidos supuestamente democráticos (y además financiados por los EEUU y/o la UE) y los grupos fascistas es algo muy común en Europa Oriental. En realidad estos grupúsculos están íntimamente ligados y así se ha visto antes incluso en Ucrania (ya cuando los naranjas tomaron el poder), pero también en Moldavia, Bielorrusia o la propia Rusia. Parece que Occidente (especialmente los EEUU) juega a la desestabilización. En Oriente Medio se financia a grupos terroristas ultraislamistas, en Europa Oriental a grupos nazis, a los que se da un aspecto liberal. Un caso, por ejemplo, es la situación en rusa: durante mucho tiempo Kaspárov, el ajedrecista, se nos ha sido presentado como líder opositor y demócrata contra el "tramposo" Putin, pero lo que no se decía en la prensa era que su plataforma se sustentaba principalmente en los nacional-bolcheviques de Eduard Limónov, un grupo fascista bastante violento.

En el caso de la Ucrania actual, uno de los partidos fundamentales del nuevo poder golpista es Svoboda. Los partidos occidentalistas supuestamente democráticos no han tenido ningún problema en aliarse con este grupo fascista. Svoboda surgió en 1991, aunque por aquel entonces se llamaba Partido Social Nacional de Ucrania y su símbología muestra a las claras de qué pie cojean: 

Símbolo principal del partido Svoboda entre 1991 y el 2003. Fuente. Wikipedia.
En el 2004 se cambiaron el nombre a Unión Panucraniana Svoboda (Libertad). Son especialmente fuertes en las regiones de Ternópil, Lviv e Ivano-Frankivsk, todas en la parte Occidental de Ucrania. Es un partido conocido por sus actos agresivos contra minorías étnicas (especialmente contra los húngaros), religiosas y también contra los comunistas. Seis miembros de este partido tienen cargos en el gobierno golpista ucraniano (Andrei Parubi - Secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa, Aleksandr Sych - Primer Ministro adjunto, Serguie Kvit - Ministro de Educación, Andrei Mojnik - Ministro de Ecología y Recursos Naturales, Igor Chvaika - Política Agraria y Alimentación, Oleg Majnitski - Fiscal General de Ucrania; además Igor Tenyuk, simpatizante del partido, Ministro de Defensa). Otro grupo fascista representado en el gobierno es la Asamblea Nacional Ucraniana - Autodefensa Nacional Ucraniana (conocido como UNA-UNSO por sus siglas en ucraniano). Fue fundado en 1990 por el disidente Yuri Shújievich, que es todavía hoy en día líder del partido. Sus miembros en el nuevo gobierno son Dmitri Bulatov (ministro de Juventud y Deportes) y Tatiana Chornovol (Presidenta de la Comisión Nacional de Anticorrupción).

Símbolo de UNA-UNSO, grupo fascista con dos cargos en el gobierno golpista ucraniano. Fuente: Wikipedia.
Y el tercer grupo presente en el gobierno es Sector de Derechas (Pravi Sektor), grupo paramilitar fascista, que no ha querido implicarse mucho en el gobierno, pero su líder, Dmitri Yarosh es Secretario Adjunto del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa. Se trata de uno de los grupos más activos a la hora de organizar unas nuevas fuerzas de seguridad y también en el reclutamiento de voluntarios para el ejército.

Más informació sobre los ministros fascistas del gobierno ucraniano,aquí

Por lo demás en varias zonas del país se han producido ataques contra comunistas o diputados de otros partidos por parte de los grupos fascistas, así como ocupaciones de edificios (por ejemplo la sede del Partido Comunista de Ucrania en Kíev). El dirigente comunista de Lvov, Rostislav Vasilko fue atacado (en Kíev) por la chusma fascista y tuvo que ser ingresado en un hospital a causa de las heridas. Al final, ante las amenazas a su familia ha pedido asilo político en Rusia. En la actualidad está siendo tratado en un hospital de Moscú (Fuente). 

Rostislav Vasilko, líder comunista de Lviv, atacado por los fascistas. Fuente: Diario Octubre

6. No se ha amenazado a la población rusa

En algunos medios se ha escuchado esa idea: no se ha amenazado en realidad a la población rusa, sino que su miedo es fruto de la propaganda del Kremlin. Los que defienden esta idea simplemente ignoran los precedentes del conflicto. Como se ha mostrado, el problema del fascismo lleva presente varios años en Ucrania, en ese tiempo los grupos fascistas han tenido tiempo de sobra para amenazar a los rusos. Y lo han hecho habitualmente. Por poner un ejemplo, en el año 2010, Irina Farion, miembro de Svoboda y conocida rusófoba, actualmente diputada, afirmaba que "habría que meter en la cárcel a los cinco millones de degenerados que no hablan ucraniano" (Fuente). Repito: Irina Farion es diputada en la Rada ucraniana. Y ahora miembro de un partido que está en el gobierno. 

Otro ejemplo a mencionar es la ley de protección de las lenguas de las minorías, y que da al ruso (y a otras lenguas) estatuto de lengua oficial regional en numerosas regiones del país. Ya cuando fue aprobada, en el 2012, la oposición "pro-europeísta" dejó claro que estaba en contra y que una de las primeras cosas que harían en caso de llegar al poder era eliminar la ley. Hubo numerosos incidentes antes y después de su aprobación por parte de los grupos de extrema derecha (véase un artículo anterior en Crónicas Húngaras). Una de las primeras cosas que hizo el gobierno golpista fue borrar esa ley. Es cierto que en el último momento, ante el escándalo internacional y la intervención rusa, el presidente del parlamento, Oleksandr Turchínov no ha firmado la anulación. De momento se ha creado una comisión parlamentaria para estudiar la cuestión... en la comisión parlamentaria Svoboda está representada por la misma Irina Farión que he mencionado más arriba. ¿Tienen los rusos razones para temer del nuevo gobierno? Naturalmente. Elemér Kőszegi, redactor jefe del periódico húngaro de Ucrania Kárpáti Igaz Szó afirmaba hace unos días en una entrevista que ese había sido un gran error del nuevo gobierno porque había encendido la mecha de la resistencia rusa en Crimea y el Este de Ucrania (Tisza News).

Y por lo demás... no solo los rusos tienen qué temer de las nuevas autoridades, también los húngaros y otras minorías étnicas (véanse estos artículos del blog, por ejemplo: Svoboda quiere prohibir a los partidos húngaros de Ucrania presentarse a las elecciones oAmenazas a la minoría húngara de Transcarpatia. Y esos artículos se han quedado algo anticuados. Ahora Svoboda directamente pide la prohibición de uno de los dos partidos húngaros de Ucrania. Por cierto, el otro día fue incendiado uno de los monumentos húngaros de Ucrania (en Verecke, cierto que es atacado regularmente por grupos de extrema derecha, no es una novedad).

Momento en el que es incendiado el monumento húngaro en Verecke (Ucrania). Fuente: Index

Pero como he afirmado más arriba, basta con escuchar o leer a las nuevas autoridades. Hace unos días Borís Filátov, recien nombrado vicegobernador de Dniepropetrovsk, y miembro de la organización fascista Sector de Derechas, reconocía en su cuenta de facebook que había que mostrarse moderados con los rusos de Crimea, prometerles todo, darlos autonomía y derechos para el ruso, y luego, una vez controlada la situación, "ahorcarlos, ahorcarlos a todos" (la fuente es RT, medio ruso, aquí, pero yo mismo comprobé su veracidad en la cuenta de facebook del susodicho, dejé un volcado de pantalla de sus mensajes en el Foro Comunista como prueba).

Ahora unos cuantas manipulaciones sobre la historia, terreno que parece propicio para que algunos hagan de las suyas. 

7. Es lógica la desconfianza de los ucranianos ante los rusos por la represión y los genocidios causados a Ucrania. 

Esta es una de las cosa más absurdas que he oído en relación con Ucrania, pero no son pocos los que lo piensan e intentan justificar así la rusofobia o la actitud ultranacionalista de diversos grupos ucranianos. Por ejemplo lo hemos visto en el programa La Tuerka, con la invitada ucraniana filo-fascista. Esto además se mezcla con la propaganda anticomunista, para variar. La gente que piensa así suele mostrar una ignorancia supina sobre la historia de Ucrania (y estoy incluyendo en este campo a la ucraniana que se pasó por La Tuerka). 

Atendamos a un solo hecho para empezar. Las regiones donde la extrema derecha es más fuerte, las que son más antirrusas, son sobre todo las zonas Occidentales de Ucrania, especialmente Lviv, Ternópil, Ivano-Frankivsk, Volynia y Rivno. Svoboda consiguió en las elecciones parlamentarias del 2012 sus mejores resultados de Ucrania allí: en Lviv el 38% de los votos, en Ivano-Frankivsk el 34%, en Ternópil sobrepasó el 31%. También consiguió muy buenos resultados en Volynia - el 18%- y en Rivno - 17%. Fuera de ahí su popularidad decae bastante. Incluso en las provincias Occidentales tradicionalmente y en la actualidad multiétnicas, el apoyo a Svoboda es relativamente bajo: en Transcarpatia (con población húngara y de otros pueblos) consiguieron poco más del 8% de los votos, en Chernovtsi (con minorías rumanas) casi llegan al 9%. Siguen teniendo un porcentaje importante, pero mucho menor. En otras regiones solo destacan en Kíev (con el 17%) y en votos del extranjero (casi el 24%). Según vamos mirando hacia el este y el sur el porcentaje de votos de Svoboda cae. En las regiones más cercanas a Rusia ronda el 1%. 

Resultado del partido fascista Svoboda en las últimas elecciones ucranianas, las parlamentarias del 2012. Fuente: Wikipedia.


Si vemos el resultado en las últimas elecciones locales (del 2010) la situación es similar, pero aún más acusada. En este caso en las regiones orientales del país no llegan al 1%, en las centrales oscilan entre el 2% y el 4%. Y en las Occidentales, en Ternópil llegaron al 35%. En Lviv al 26%. En Ivano-Frankivsk al 17%. En Kíev apenas tuvieron un 2%



Resultados de Svoboda en las elecciones regionales del 2010. Fuente: Wikipedia.


Y en las presidenciales del 2010, en las que su líder Oleg Tyagnibok consiguió el 1,43% de votos, no se comieron una rosca en ninguna de las regiones, excepto en las tres regiones destacadas hasta ahora, donde rondaron el 5% de los votos (en Lviv lo superaron por poco).

Resultados de Oleg Tyagnibok, líder de Svoboda, en las elecciones presidenciales del 2010. Fuente: Wikipedia.

Viendo estos resultados es evidente que al radicalización de la sociedad ucraniana se ha producido en los últimos años especialmente (y mucho tiene que ver el nefasto gobierno naranja) y también que donde se han asentado y echado raíces es especialmente en Lviv, Ternópil e Ivano-Frankivsk, en menor medida en Volynia y Rivno. Esto es curioso, ¿por qué? Porque precisamente estas regiones se caracterizan por no haber pertenecido a Rusia durante mucho tiempo (Lviv, ciudad con una larga historia, solo perteneció a Rusia entre 1914 y 1915, antes perteneció a Polonia y desde el sigo XVIII a Austria-Hungría, en los años 20 y 30 del siglo XX fue parte de Polonia; Ternópil perteneció a Polonia y a Austria-Hungría, en los años 20 y 30 del siglo XX, al igual que Lviv, de nuevo fue parte de Polonia, a Rusia solo perteneció entre 1810 y 1815; lo mismo podemos decir de Ivano-Frankivsk. Rivno perteneció a Rusia más tiempo, entre 1793 y 1917 y el caso de Lutsk es similar al de Rivno. En ambos casos en los años 20 y 30 pertenecieron a Polonia). Es decir, estas tres regiones tienen dos ragos comunes muy peculiares a tener en cuenta:

- que pertenecieron al Imperio Ruso muy poco tiempo. En el caso de la regiones con más presencia fascista en la actualidad ese periodo se limita a unos pocos años en toda su historia.

- que en los años veinte y treinta del siglo XX, cuando tiene su origen el nacionalismo agresivo ucraniano, no pertenecían a la URSS, sino a Polonia, donde las autoridades ejercían una represión intensa contra los ucranianos (y no solo contra ellos, también contra otras minorías étnicas como bielorrusos o lituanos).

Por lo tanto, resulta patético oír a supuestos expertos hablar de la tradicional represión rusa (que en realidad no existió y mucho menos en estas regiones), y especialmente las referencias a temas como el Holodomor y las purgas de Stalin de los años treinta, para justificar el rechazo a lo ruso o a los comunistas y el auge de los ultras ucranianos. Más que nada porque precisamente estas regiones no se vieron afectadas por estos problemas debido al hecho incuestionable e indudable de que no pertenecían a la URSS en los momentos en los que esos sucesos tuvieron lugar.  Hasta el 4 de diciembre de 1939 estas zonas estuvieron en poder de Polonia, así que recurrir como excusa al Holodomor (por ejemplo), que tuvo lugar en 1932-33 es simplemente ridículo y lo único que demuestra es la ignorancia del que lo menciona. De hecho, lo que esas regiones sufrieron fue una represión brutal del gobierno polaco. Y contra esa represión es como surge y se desarrolla el movimiento nacionalista ucraniano, que durante la Segunda Guerra Mundial llevó a cabo una política de limpieza étnica sobre los polacos de la región. Tristemente célebres son las matanzas de Volynia, por ejemplo.

Polonia en 1938. Si se agranda el mapa se puede ver que ciudades como Lwów (Lviv en polaco), Równe (Rivno), Tarnopol (Ternópil), Stanislawow (actualmente Ivano-Frankivsk), etc, hoy pertenecientes a Ucrania, todavía en 1938 eran parte de Polonia. Fuente: Wikipedia.
Mapa lingüístico de Polonia en 1937. Puede apreciarse claramente que las zonas orientales de Polonia eran de predominio ucraniano y bielorruso. Esas zonas orientales de Polonia pasaron brevemente a ser parte de Lituania, Bielorrusia y Ucrania en 1939, y después de forma permanente tras la Segunda Guerra Mundial. Fuente: Wikipedia.

 Es curioso que en Transcarpatia, que perteneció hasta la Segunda Guerra Mundial a Checoslovaquia o en Chernovtsi, que perteneció a Rumanía en esas fechas, no se desarrollara un movimiento nacionalista tan agresivo como en las zonas dominadas por el estado semifascista polaco. Aunque seguramente tengo mucho que ver en ello que eran zonas tradicionalmente multiétnicas.

No entro a discutir más cuestiones, creo que esto basta. Pero podríamos hablar también por ejemplo de por qué debería considerar que las supuestas represiones de la URSS (dirigida por un par de georgianos, Stalin y Beria), son achacables a Rusia y los rusos. Y eso sin entrar en las represiones en sí, por ejemplo en el cuento del Holodomor y sus fantásticas cifras infladas que contradicen toda lógica. Solo mencionaré que durante el gobierno del fascista de Yúschenko una de las cosas a las que se dedicaron las autoridades ucranianas es a montar una especie de mitología completamente falsa y manipulada en torno al Holodomor (que si genocidio, que si siete millones de muertos, etc,etc), creación de nuevos héroes nacionales (que antes habían sido considerados criminales, como el fascista Stepan Bandera, de esto ya se habló aquí en Crónicas Húngaras, recomiendo esta fantástica entrada en el blog Salsa Rusa, sobre los crímenes de Bandera y sus secuaces, eso sí abstenerse estómagos delicados). En el caso del Holodomor llegó hasta el punto de organizar exposiciones sobre el Holodomor ... en Crimea... con material falso... (Fuente).

8. Los tártaros de Crimea son minoría en Crimea porque fueron deportados por Stalin

Respecto al tema de Crimea se oyen también muchas cosas últimamente, por ejemplo que los Tártaros de Crimea fueron deportados por Stalin. A veces se añade también que los rusos son mayoría en Crimea porque los deportaron.

Empecemos por lo evidentemente falso. Los tártaros de Crimea fueron la población mayoritaria en la región hasta finales del siglo XIX. Pero desde entonces la mayoría de la población es rusa. Y antes de la Segunda Guerra Mundial los tártaros eran ya una minoría, importante, pero eran una minoría. En 1897 la población de Crimea era de casi 550 mil habitantes, de ellos el 36% tártaros y el 33% rusos. Para 1939 la población superaba los 1,1 millones de habitantes, de ellos el 50% rusos y el 20% tártaros. (Fuente:Wikipedia)

Gráfica con la composición de la población de Crimea. Puede verse que en 1897 todavía eran mayoría, pero ya no son mayoría absoluta, casi hay tantos rusos como tártaros.Verde: tártaros. Color carne: rusos. Amarillo: ucranianos. Fuente: Wikipedia
Respecto a la deportación de los tártaros eso es cierto. Aunque se olvida indicar que los tártaros fueron deportados por colaborar masivamente con los nazis. Aclaremos que los nazis usaron antes de la Segunda Guerra Mundial el conflicto con las minorías étnicas para extenderse por Europa. Lo hicieron con los Sudetes (de eso se hablará más tarde) recurriendo a la supuesta opresión de los alemanes de la región. Lo hicieron también polacos y húngaros (que colaboraron, especialmente los primeros, en la destrucción de Checoslovaquia). Así que los soviéticos eran conscientes de que las minorías alemanas podían ser usadas por los nazis, por eso, justo antes del comienzo de la guerra evacuaron (o deportaron) a los alemanes de Crimea. Más tarde, durante la guerra, los nazis hicieron llamamientos a los tártaros de Crimea y estos no cayeron en saco roto. No se trató de una colaboración a nivel, digamos, individual, todo lo contrario, destacó especialmente la labor del Comité Musulmán de Simferópol, principal órgano colaboracionista. Por toda Crimea se crearon comités tártaros que colaboraban con los nazis. Los propios alemanes se sorprendieron de la disposición de los tártaros a colaborar, hasta el punto de que decidieron liberar a los presos de guerra tártaros y además se organizaron unidades militares y policiales tártaras. Los comandos tártaros se hicieron tristemente célebres en la región, daban caza a unidades partisanas y participaban en la represión sobre la población local, especialmente contra los judíos y los rusos. En el sovjos Krasnyi se organizó el mayor campo de concentración de Crimea. Los oficiales del campo eran tártaros (el batallón de voluntarios tártaros número 152 de las SS). (Fuente). Recordemos que en Crimea la represión nazi y tártara causó decenas de miles de víctimas (90 mil muertos y 85 mil deportados a Alemania - Fuente). Y en toda la URSS unos 27 millones de muertos.

Tras la liberación de Crimea, una de las primeras cosas que hizo el gobierno soviético (en concreto el Comité Estatal de Defensa, que no Stalin) fue ordenar la deportación de los tártaros a la República Socialista Soviética de Uzbekistán; esta tuvo lugar entre el 18 y el 20 de mayo de 1944. La deportación afectó a todos, no solo a los culpables de colaboración, pero las razones de eso son fáciles de entender en las circunstancias concretas en que tuvieron lugar. La colaboración de los tártaros había sido masiva, lo cual planteaba numerosos problemas, por ejemplo dividir a los tártaros en grupos y deportar a unos y a otros suponía poner en peligro la existencia de todo el grupo nacional (los que se hubieran quedado habría sufrido el desprecio del resto de los habitantes de la región y seguramente habrían acabado asimilados). No digo esto como justificación sino para que se entiendan las razones que llevaron a tomar esta decisión (en las condiciones concretas de 1944, cuando aún ni siquiera había acabado la Segunda Guerra Mundial y la URSS estaba en ruinas). Por cierto, en otros países se tomaron medidas similares (por ejemplo lo hizo la Checoslovaquia de Beneš antes de la toma del poder por parte de los comunistas). 

Llamamiento nazi a la población tártara de Crimea. Fuente: Wikipedia.


Para comprender un poco el ambiente que podía vivirse en la zona en esa época podemos ver este artículo de El País de 1992 en el que se menciona la opinión de un periodista local, de origen judío, cuando se permitió el regreso de los tártaros a Crimea (Fuente).


 Arkadi Visotski es un periodista judío que aboga por la buena convivencia de las distintas nacionalidades que habitan Crimea, pero los acontecimientos de la II Guerra Mundial los lleva grabados en el cerebro: "Fueron tártaros, colaborando con los ocupantes nazis, los que mataron primero a los judíos, luego a los kraimes judíos de Crimea [que hablan hebreo] y más tarde a los krimchaki [judíos convertidos al islamismo]. Mi familia es un buen ejemplo de lo que hicieron esos tártaros colaboracionistas. Mi padre tenía seis hermanos y sólo él salvó la vida". En la familia de mi madre eran siete hermanos y sólo tres quedan vivos. Perdí a todos mis abuelos y a mis bisabuelos". Visotski prosigue: "Recuerdo perfectamente que cuando después de la liberación en 1944 los tártaros fueron reunidos en la estación para ser deportados los soldados tenían que protegerlos de la gente, que les lanzaba piedras".

Cuando se habla de la tragedia del pueblo tártaro (que lo fue, nadie lo duda), no estaría también mal recordar también la tragedia de la población rusa o en general eslava en las zonas ocupadas por los nazis. Porque al igual que la deportación está muy presente en la conciencia de los tártaros de Crimea, también la barbarie nazi lo está en la conciencia de gran parte de la población de Crimea (y de Rusia). Y mucho más lo estaba en 1944.
 
9. Lo que está haciendo Rusia en Crimea es comparable a lo que hizo Hitler en los Sudetes

Otro argumento bastante pobre que se oye y lee muy a menudo, lo comento solo brevemente. La cuestión es incomparable por varias razones. La primera es que en Checoslovaquia había un gobierno democrático (burgués, claro), tan democrático como en cualquier otro país occidental de la época (o probablemente más). El asunto de Crimea estalla a consecuencia de un golpe de estado que acaba con un gobierno legítimo. No solo eso, sino que en ese gobierno hay una presencia importante de fascistas, hasta el punto que podemos considerarlo tranquilamente un gobierno fascista, sin ninguna legitimidad. En Checoslovaquia no había una persecución contra los alemanes, en Ucrania las primeras decidisiones del gobierno golpista y los precedentes sí pueden hacer pensar a los rusos que la población rusa de Ucrania está en peligro. Además era evidente que Hitler usaba el tema de las minorías étnicas como mera excusa y en realidad lo que ansiaba era la expansión alemana; vamos, no hacía falta ser adivino para darse cuenta, lo decía el mismo y así lo reflejaba en sus obras y en sus discursos. En cambio no es evidente que Putin aspire a la expansión rusa. De hecho desde el punto de vista ruso el comportamiento de Putin parece un mero intento casi desesperado de defenderse ante la expansión imperialista de la UE y los EEUU. Por lo demás hay otra cosa muy importante también: y es que la anexión alemana de los Sudetes es comprensible, no es eso lo que es criticable de Hitler, sino, principalmente lo que hizo después (naturalmente también hizo cosa antes brutales en Alemania). La ocupación de los Sudetes es una de las cosas menos criticables del gobierno de Hitler, porque en este caso concreto Hitler tenía razón (no la tuvo al ocupar después el resto de Chequia, por ejemplo, pero eso vino después).



Monumento a la Liberación en Simferópol, Crimea. Fuente: Wikipedia

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